Como vuestra entrenadora de sonrisas oficial hoy os traigo un nuevo entrenamiento. Hoy voy a lograr haceros sonreír aunque os encontréis mal. Es decir, os sirve aunque no os apetezca sonreír porque os sentís tristes, habéis recibido una mala noticia, os agobie un pensamiento negativo… ¡Yo que se!, cada uno es cada cual.

Pero, antes de llevar a cabo el entreno, os voy a demostrar científicamente el porqué os tenéis que dejar llevar por este entrenamiento.

Y es que algunos estudios científicos prueban que el gesto de sonreír, aunque sea sin ganas, le indica al cerebro automáticamente que ha de comenzar a liberar endorfinas, serotonina y otros analgésicos naturales que produce nuestro cuerpo. Lo mismo ocurre cuando finges una sonrisa, ya que el cerebro no es capaz de distinguir si dicha sonrisa es natural o forzada, por lo que libera estas sustancias mágicas en ambos casos.

La sonrisa es pues la señal para que la maquinaria perfecta del cuerpo se ponga en marcha y se comiencen a reducir los niveles de hormonas que nos generan el estrés  (adrenalina, cortisol y dopamina). Es como un verdadero fármaco natural, fijaros que incluso le indica al cerebro que ha de disminuir la presión arterial.

El chute que recibe el cerebro con una sonrisa en los labios es el equivalente a comerse 2.000 tabletas de chocolate y hasta algunos estudios científicos aseveran que llega a darnos a darnos un subidón como si ganáramos 12.000 euros.

Otro beneficio gratuito y en el que siempre insisto, es que es contagiosa, como os demostré en el artículo de las neuronas espejo.

Nuestra sonrisa contagia sentimientos, emociones y actitudes, ¡tan grandes! como: alegría, felicidad, placer, satisfacción, bienestar, confianza, gratitud, templanza, serenidad, paciencia, amor…

Según el filósofo y pedagogo español José Antonio Marinala sonrisa es un signo expresivo de bienestar que fomenta la sociabilidad y favorece la comunicación entre las personas (…). Este gesto demuestra que se acoge amablemente a la otra persona y que existe una voluntad de comunicación”.

Vamos al tajo ¿qué pasa en nuestro cuerpo al sonréir?

Hemos quedado que emitimos la señal, sonreímos, aunque no nos apetezca y ¿qué pasa?.

El cerebro automáticamente comienza a liberar endorfinas, (sustancias naturales opioides) que se producen en el Sistema Nervioso Central. Las endorfinas estimulan los centros cerebrales del placer, como habéis oído que hacen ciertos estimulantes artificiales, drogas u otras cosas, no tan beneficiosas. Una vez generadas estas endorfinas comienzan a circular por tu riego sanguíneo y van a los lugares que necesitan de activación o de relajación.

Actúan por prioridad, es decir si tienes dolores corporales, irán directas al dolor para actuar como verdaderos analgésicos naturales. Que estás muy estresado, acudirán para relajarte. Que tu sistema inmunitario anda flojín… ¡a reforzarlo que van!.

Las bien llamadas sustancias de la felicidad, estas endorfinas ayudan en la recuperación de muchas enfermedades físicas e incluso mentales. Simplemente porque mandan al cerebro la orden de sentir placer y bienestar, mejorando nuestro estado de ánimo.

¿Qué otras cosas liberan endorfinas?

Seguro que ya habréis leído en más de una ocasión que estas sustancias corren a raudales por nuestros sistema sanguíneo cuando hacemos ejercicios, practicamos sexo, cuando nos dan un masaje, un abrazo, un beso, cuando escuchamos música y bailamos, cuando nos vamos de vacaciones, tomamos el sol o comemos chocolate… pero, por supuesto cuando sonríes también generas esta maravillosa droga de la felicidad.

Como puedes observar el acto de sonreír produce que tu cerebro libere endorfinas que te hacen ser más feliz, independientemente de si sonríes cuando estás triste o cuando estás contento o de si sonríes de manera natural o de manera forzada.

La serotonina que liberamos con la sonrisa tiene efectos en cuerpo y mente:

La serotonina o 5-HT se encuentra en cierto tipo de células, tiene funciones muy concretas y todavía queda mucho que saber sobre esta hormona. Es muy compleja ya que es una sustancia que en sangre se comporta como una hormona y en el cerebro actúa como neurotransmisor. Esto significa que es una verdadera unidad de comunicación para captar, emitir, fluir dinámicas de activación cerebral y efectos en cadena. Favorece, pues el cruce de información entre neuronas y va más allá del encéfalo, las mayores concentraciones están en el tracto gastrointestinal.

Tiene pues mucho que ver en la regulación de la digestión, si está muy alta genera diarreas, su déficit nos trae estreñimiento y su ausencia influye en la falta de apetito.

También se ocupa de regular los estados de ánimo positivos y negativos. Un desajuste general en su producción puede tener efectos drásticos sobre nuestra manera de sentir ya que se encuentra distribuida por todo el cuerpo. De hecho se busca su asociación con estados de depresión en casos de déficit en concentración en sangre de 5-HT, aunque no está aún suficientemente probado si este déficit de serotonina es lo que produce la depresión o viceversa.

Nuestro nivel de temperatura corporal también es mantenido y regulado por la serotonina. El equilibrio de la regulación térmica es muy delicado, ya que la diferencia de unos pocos grados de temperatura corporal puede llegar a la muerte masiva de grandes grupos de tejidos celulares, las neuronas son las más sensibles en este sentido.

Su falta y su exceso también redundan en la libido sexual, se asocia a la falta de deseo cuando hay altos niveles y cuando hay bajo nivel aparecen conductas orientadas a satisfacer esta necesidad. Seguro que habéis oído hablar que esta hormona se la relaciona con el enamoramiento. Por eso, esa sonrisa que no podemos evitar cuando pensamos en nuestro enamorado.

Como reguladora que es también se ocupa de inhibir la agresividad y la violencia. Estabiliza el estado emocioal de ser humano en estados de tensión. Se han observado en personas violentas e impulsivas que su nivel de serotonina es más bajo que en aquellas que son más pacíficas.

Y al fin, son las que nos llevan a mimir. Suben durante el día, (en días soleados están a tope) y en la siesta y por la noche bajan al mínimo. En esta función del descanso, del dormir, conciliar el sueño, le ayuda otra sustancia llamada melatonina.

Resumiendo beneficios de sonreír, aunque no tengas ganas

Esto te lo cuenta alguien que no para nunca de sonreir, jejejejjeje! Si, yo, tu entrenadora de sonrisas. Bueno, el caso es que “la sonrisa” logra:

Reducir la presión arterial, sino corremos menor riesgo de tener problemas cardiovasculares, como un ataque al corazón, o varices o cosas de esas…

Es la aliada perfecta para prevenir la depresión y la tristeza, porque genera estados de ánimo positivos y placenteros.

Favorece la homeostasis interna (equilibrio interno del organismo) lo cual mejora la propia percepción que tienes de tu salud, con lo que dormirás mejor, tus músculos se relajarán, te sentirás mucho mejor…

Y como dijismo anteriormente todo esto redunda en contribuir a tu salud, no solo física, sino que también mental, como decía Charles Darwin: “Sonreír nos hace sentir mejor”, así de sencillo.

Bueno, ¿os he convencido?. Pues ¡ahí va el entrenamiento para sonreír!aunque no tengas ganas. (incluye vídeo)

Eva Robles
Entrenadora de Sonrisas
Tel. 656 191 870
mail. entrenadoradesonrisas@gmail.com

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